En la vida hay actividades indispensables que deben realizarse, estando incluso catalogadas para cubrir las esenciales y diferenciar aquellas con las que podemos sobrevivir. Una de las más importantes para el ser humano es el descanso, pues nos permite continuar con nuestro ritmo de vida y reponer la energía y fuerzas que perdimos durante el día.

Mientras más acciones realicemos más debemos descansar, de no ser así podríamos acumular cansancio y eso se vería reflejado en nuestra salud debido a que nuestro cuerpo trabajaría sin detenerse por largos periodos de tiempo. Un ejemplo claro es que mientras dormimos disminuye nuestra frecuencia cardiaca, dejando que las células y tejidos hagan el trabajo de reparación en nuestro organismo; también se evitan problemas de colesterol e hipertensión.

Además, beneficia al metabolismo para mantener nuestro peso ideal reduciendo las grasas acumuladas y haciendo la pérdida de peso aún más fácil. Igualmente, el cerebro se ve favorecido cuando logramos un descanso idóneo, las conexiones neurales se fortalecen durante la noche para mejorar nuestra memoria y capacidad creativa.

Todo lo mencionado previamente ocurre desde el momento en el que nos acostamos para dormir y pasar la noche descansando, pero ¿Qué pasa cuando me encuentro en la situación de que me voy a dormir y por una u otra razón no puedo? A continuación, entraremos más a fondo en temas que giran en torno al sueño.

¿Por qué no puedo dormir?

El trastorno de sueño, mejor conocido como insomnio, es un problema frecuente y todos en algún momento lo hemos padecido. Es la dificultad para conciliar el sueño ya sea por no lograr mantenerlo o despertarse frecuentemente impidiendo que tu organismo se recupere y cargue con más dificultades; el insomnio puede estar asociado a distintas causas y su duración depende de los problemas o cambios que acumulemos.

La cantidad de horas que hay que dormir dependen de la edad y de la rutina de cada uno, aunque en promedio un adulto debe descansar entre 7 y 8 horas por noche para recuperarse del todo. No está mal pasar una mala noche o no tener el suficiente tiempo para reposar, pero si esto ocurre de forma constante hay probabilidades de padecer un insomnio crónico o a largo plazo cuya duración se extiende a meses.

Los síntomas del insomnio, además de la falta de sueño, son los siguientes:

  • Dificultad de concentración y atención.
  • Ansiedad.
  • Depresión.
  • Agotamiento por carencia de descanso.
  • Despertarse con facilidad.
  • Dificultad en nuestra visión.
  • Sensibilidad a la luz.
  • Dolores de estómago o problemas gástricos.

Sus causas pueden ser la acumulación de estrés por diferentes circunstancias, cambios en horarios o rutinas diarias a los que aún no nos acostumbramos, medicamentos, alcohol, cafeína, nicotina, exceso de alimentos poco tiempo antes de dormir; o simplemente malos hábitos que comprometen la hora de dormir como pasar demasiado tiempo frente a la pantalla de algún dispositivo electrónico o no respetar tus espacios dedicados al descanso.

Para retomar el sueño se recurre a soluciones que no suelen tener el mismo efecto después de usarlas en repetidas ocasiones, esto no quiere decir que no funcionen, pero son utilizadas mayormente en casos no tan graves o de solución a corto plazo. Lo que buscamos es tranquilidad, por eso una buena lectura, un baño con agua tibia o escuchar un poco de música relajante para dormir pueden ser un buen comienzo en el cambio de nuestros hábitos para dormir debidamente.

¿Qué hacer si no puedo dormir?

Aunque existen medicamentos y alternativas caseras que son implementadas para lograr dormir, casi siempre son pensadas para aquellos casos delicados o crónicos en los que son la única manera de lograrlo. Sin embargo, en el caso de que no sepas cómo dormir debido a noches repentinas de insomnio, basta con hacer cambios en nuestros hábitos de vida para volver a gozar de un sueño relajante, por ejemplo:

  • Hacer ejercicio o cualquier actividad física regularmente.
  • Evitar ingerir cualquier alimento o bebida poco antes de dormir.
  • Crear una rutina de sueño, procura despertar y dormir a la misma hora todos los días para acostumbrar a tu organismo.
  • Destinar tu cama o dormitorio únicamente para dormir.

Ahora que ya sabes cómo dormir correctamente y evitar el insomnio, comienza acondicionando tu espacio de descanso con el fin de que sea lo más cómodo posible, esto lo puedes hacer incorporando los productos de Sognare, entre ellos destacan sus suaves almohadas.

La Tecnología MicroFussion que incorporan te permite relajarte eliminando cualquier dolor o molestia gracias a la comodidad que las caracteriza. Para conocer más accede al sitio de Almohadas Sognare para obtener la noche de tus sueños.