Dormir en una habitación fría puede sonar descabellado, sin embargo tampoco se trata de sentir que estás dentro de un congelador, todo debe ser medido.
Al estar en un espacio un poco más fresco a la temperatura de nuestro cuerpo ayuda a estimular el sueño porque al querer regular el calor interno, se gasta energía lo cual te induce al sueño.
Beneficios de dormir en una habitación fría
Existen dos tipos de tejidos adiposos: el blanco y el marrón, cada uno tiene una función específica.
Cuando descansas en un espacio frío aumenta la cantidad de tejido adiposo marrón, el cual está repleto de mitocondrias que contienen hierro, lo que le da su color característico.
El tejido adiposo blanco, es básicamente la grasa que el cuerpo usa para almacenar energía y calorías, la grasa marrón las quema.
Si duermes en una habitación fría produces mayor cantidad de tejido adiposo marrón, haciendo que se almacenen menos calorías.
Esto ayuda a disminuir el riesgo de padecer Diabetes porque al estar en un espacio fresco se aumenta la sensibilidad a la insulina y favorece una mejor regulación de la glucosa.
Mientras duermes en un espacio con temperatura regulada tu organismo comienza a liberar melatonina la cual te ayuda a lucir más joven, además las hormonas relacionadas con el estrés se mantienen controladas.
Entonces, descansar en un lugar fresco además de cuidar tu salud te garantiza un descanso profundo sin interrupciones.
La temperatura perfecta
La temperatura recomendada es entre 16.8 °C y 19.4 °C, si pones una más alta o baja lo más seguro es que cuando entres a la etapa REM, donde el clima ambiental afecta más a la temperatura corporal, tu organismo genere más esfuerzo.
El resultado será que te despiertes porque comienza a sentirse una temperatura “extrema” por frío o calor.
El frío interrumpirá las etapas del sueño provocándote un descanso intermitente que te generé estrés al estar concentrado en que pasa el tiempo y no logras dormir.
Descanso de calidad
Dormir en una habitación fría garantiza un sueño reparador, al lograrlo se regulan las hormonas relacionadas con el estrés y el apetito, mejora nuestro sistema inmune y la salud cardiovascular.
Un buen descanso trae como resultado un gran rendimiento al día siguiente.
Es muy fácil evaluar la calidad de nuestro sueño, al despertar pregúntate ¿cómo te sientes? ¿pesado?, ¿con energía? o ¿molesto?
Presta atención a todas estas señales que te da tu organismo y ve tomando diferentes medidas para ir aumentando el valor de tu sueño.
El descanso supremo lo encontrarás haciendo pequeños cambios en tus rutinas antes de ir a la cama.
Las almohadas, colchones y sábanas hacen la diferencia.
La línea Sognare® cuenta con tecnología que te permite descansar toda la noche de manera cómoda y fresca. Elige entre almohadas firmes y suaves; cubre colchones con más relleno y colchones que eliminan puntos de presión al dormir.
No importa cómo te guste dormir con pijama, sin pijama, de lado, boca arriba o boca abajo. El sueño y el descanso es algo que no es negociable en ninguna especie, procura tener el adecuado para rendir en todas tus actividades.