Dormir es una necesidad biológica que nos permite restablecer las funciones físicas y mentales para tener un buen rendimiento cada día.

Los sueños muchas veces no son lógicos y su explicación se basa a que mientras dormimos los lóbulos frontales son los menos activos del cerebro y estos son los que se encargan del raciocinio, por ello cuando estamos dormidos todo es posible, pero cuando despertamos nos damos cuenta que “vivimos” una historia poco real y que no tiene explicación.

Una persona adulta necesita de 6 a 8 horas de sueño, pero no significa que toda la noche esté soñando, tan solo 30 minutos corresponden al periodo de ensoñación, es decir, soñando.

El periodo de ensoñación no es continuo, aunque estés dormido no todo el tiempo sueñas, solo soñamos en la etapa MOR.

La etapa MOR es cuando la actividad cerebral es muy parecida a cuando estamos despiertos y físicamente podemos notar que el movimiento ocular es más rápido y justo en este periodo es cuando se generan los sueños, porque los músculos están flácidos y de esta manera se evita que hagamos los movimientos de lo que soñamos.

Una vez entendido esto, podemos explicar por qué hay personas que en ocasiones no recuerdan lo que sueñan y dan por hecho que no soñaron, pero todas las noches se sueña, todo depende de la etapa del sueño en la que despiertes.

Cuando estás en la etapa de sueño NO MOR estás dormido y solo cuando entras a la etapa MOR es cuando sueñas y esta dura de dos a tres minutos aproximadamente, después entras a la etapa de sueño NO MOR y así sucesivamente toda la noche hasta juntar tus 30 minutos de sueño.

Si despiertas durante la etapa de sueño MOR o un minuto después de que esta haya pasado, puedes recordar tus sueños, pero si te despiertas 2 minutos o más después de esta etapa experimentas algo denominado amnesia onírica, es decir, no recuerdas nada de lo que estabas soñando.

Soñar con el futuro y se cumple

Recordemos que el cerebro nunca se apaga y los problemas que nos aquejan despiertos los estamos pensando hasta dormidos, por ello es que el cerebro se queda pensando en posibles soluciones o escenarios que se pueden suscitar, esto explica por qué a veces soñamos cosas que pasan o tenemos los famosos “déjà  vu”.

Lo que sí es una realidad es que si no estás cómodo no puedes experimentar un sueño profundo que te permita soñar, por ello procura que tu ropa de cama y accesorios del sueño te brinden el soporte y suavidad para despertar renovado todas las mañanas.

Cuéntanos en los comentarios ¿cuál ha sido tu sueño más fantástico?