Los espasmos al dormir, también llamados sacudidas hípnicas o espasmos mioclónicos, son contracciones musculares o sacudidas nocturnas breves y repentinas que ocurren justo cuando estamos a punto de quedarnos dormidos.
Este fenómeno es parte de la experiencia humana que involucra una serie de reacciones fisiológicas y neurológicas. Puede haber varias razones y desencadenantes detrás de estos movimientos involuntarios, brincos o calambres, que aunque comunes, generan curiosidad y a veces preocupación.
Por ejemplo, puede ser una de las consecuencias de no dormir bien u otros factores relacionados con el descanso. En este artículo te explicaremos los motivos más usuales, así como qué hacer ante estas situaciones.
Causas comunes de los espasmos al dormir
Las causas de este tipo de espasmo nocturno pueden ser variadas y en muchos casos son parte de la transición natural entre la vigilia y el sueño profundo. La teoría más aceptada sugiere que las sacudidas resultan de una relajación muscular que sucede cuando el cuerpo se mueve del estado de alerta al estado de sueño.
El cerebro interpreta esta relajación como una señal de caída y reacciona enviando impulsos rápidos al cuerpo para despertarse. Otros factores que pueden influir incluyen el estrés, la actividad física intensa antes de dormir, la ingesta de cafeína o el cansancio extremo.
Espasmos en bebés y niños: ¿cuándo preocuparse?
Los bebés y niños pequeños a menudo experimentan espasmos al dormir. Aunque generalmente son inofensivos y parte del desarrollo normal, los padres pueden inquietarse al observar estos movimientos repentinos.
¿Cómo diferenciar los espasmos normales de señales de alerta?
Es importante distinguir entre los movimientos musculares nocturnos habituales y los que podrían indicar una condición subyacente. Los espasmos normales suelen ser esporádicos y no acompañados de otros síntomas.
Sin embargo, si los espasmos musculares son muy frecuentes, acompañados de otros cambios en el comportamiento, o interrumpen significativamente el sueño, es recomendable consultar a un pediatra.
Consejos para calmar los espasmos en los más pequeños
Para ayudar a minimizar los espasmos nocturnos en bebés y niños, es beneficiosa una rutina de dormir relajante, que puede incluir un baño tibio, leer un cuento o escuchar música suave.
Asegurarse de que el ambiente de descanso es cómodo y seguro también puede contribuir a mejorar sus horas de sueño, esto es posible por medio de una habitación cómoda y con una cama que ayude a conseguir ese estado de tranquilidad mayor.
La relación entre los espasmos al dormir y la ansiedad
La ansiedad y el estrés son agentes potenciadores de la frecuencia y la intensidad de los espasmos. Cuando el cuerpo se encuentra en un estado de tensión debido a la ansiedad, es más susceptible a experimentar sacudidas musculares al intentar relajarse. Técnicas de relajación y manejo de la ansiedad, como la meditación y la terapia cognitiva-conductual, pueden resultar útiles.
Espasmos al dormir en adultos: causas y soluciones
En los adultos, los espasmos al dormir pueden ser provocados por varios factores, como el estilo de vida, problemas de salud subyacentes, o incluso la postura al dormir. Algunas soluciones pueden incluir la mejora de la higiene del sueño, la reducción del consumo de estimulantes y el desarrollo de una rutina de ejercicio físico regular, pero no inmediatamente antes de acostarse.
Otro de los factores que se ha demostrado que puede ser un determinante para las personas es su colchón o su almohada, ya que pueden generar un sueño profundo y reparador. Además, existen modelos con tecnología y diseños que benefician al cuerpo de distintas formas o en distintas zonas.
Prevención y tratamiento de los espasmos al dormir
Para prevenir y tratar los espasmos al dormir, es importante seguir una rutina relajante antes de dormir, crear un ambiente de sueño adecuado y evitar los estímulos externos que puedan interferir con la relajación muscular como la luz intensa, el ruido o las temperaturas extremas. Estos puntos son fundamentales en caso de caracterizarte por un sueño ligero.
En casos más severos o persistentes, es recomendable consultar a un médico o especialista del sueño para descartar condiciones como el síndrome de las piernas inquietas o desórdenes de movimientos periódicos de las extremidades.