Se podría pensar que el entorno es ajeno a nuestros sueños, porque en cuando descansamos nos desconectamos de lo que pasa a nuestro alrededor para reparar nuestro cuerpo a nivel interno.

Sin embargo, no todo es como lo creemos, el ambiente y espacio en el que dormimos afecta de manera directa la duración y conciliación del sueño.

Muchas veces las alteraciones de nuestro descanso son evitables, solo debemos prestar atención a lo que nos incomoda o hace que tengamos sueño intermitente durante la noche.

Hábitos para dormir mejor

Ponte alerta a eso que te despierta a media noche y pronto podrás tener un sueño profundo y reparador, solo tienes que estar atento a esos inconvenientes nocturnos para eliminarnos  durante tu rutina del sueño.

La temperatura

La temperatura ambiental debe ser entre 18°C y 21°C para crear un espacio cómodo al momento de dormir.

La luz

Procura que en tu habitación no entren luces intermitentes o permanentes que puedan perturbar tu sueño; el uso de cortinas tipo blackout, es decir, de color oscuro y de tela que bloquea la luz exterior para reducir el brillo que entra a través de ellas.

Colchón

Un colchón ultra cómodo sin resortes, porque con el paso del tiempo los colchones con resortes lastiman tu espalda generándote molestias mientras duermes y haciendo que durante el día tengas dolor de cuello y espalda.

Y si duermes acompañado debe ser uno que evita la transferencia de movimientos para que cuando se levante o cambie de posición al dormir no te genere movimientos bruscos que interrumpan tu sueño.

Ropa de cama

En este punto debes optar por sábanas frescas y suaves, del material exacto para brindarte noches de confort y sin cambios de temperatura o texturas que con el movimiento se sientan incómodas.

Ambiente ordenado

Antes de acostarte debes tener el espacio adecuado que te permita desplazarte y moverte libremente sin objetos que te puedan caer mientras descansas y espacio libre por si deseas levantarte a media noche no te vayas a tropezar o lastimar en el intento.

Los ruidos, olores y sensaciones también son parte del ambiente e importantes al momento de dormir, porque aunque estén fuera de nuestro alcance mientras descansamos, estos se pueden colar en nuestros sueños haciendo que esta experiencia sea extrasensorial y en ocasiones avisándonos lo que sucede a nuestro alrededor.

En ocasiones pueden ser experiencias divertidas, interesantes o de placer y otras veces de tristeza o miedo que vuelven todo una pesadilla.

Al despertar es cuando percibes cuál fue el detonador de tu sueño o pesadilla para entender cómo tu cerebro logró integrarlo mientras pernoctabas.

Esto significa que el cerebro nunca se apaga, solo toma momentos para descansar y siempre está alerta de lo que sucede a nuestro alrededor aunque estemos durmiendo.

Prioriza tu descanso y date que cuenta que en vez de un gasto es una inversión que te permite dormir con el soporte y suavidad adecuada para soñar plenamente.